Altas capacidades

¿Cómo se evalúan las altas capacidades? Toda la información sobre los síntomas, las causas y el diagnóstico de esta condición.

Síntomas y causas

Las personas con altas capacidades son aquellas que presentan características intelectuales cualitativa y cuantitativamente muy superiores a la mayoría de la población. Este concepto ha sufrido una evolución en los últimos años: en su origen, el concepto de superdotación se relacionaba únicamente con el éxito académico para, posteriormente, pasar a asociarse con un alto cociente intelectual. En la actualidad, las altas capacidades se vinculan con el desarrollo del talento excepcional.

Las altas capacidades se manifiestan desde la primera infancia, y pueden dividirse en tres grupos:

  • Niños superdotados: capacidad innata para destacar en cualquier área del conocimiento. Cumplen tres requisitos: alta inteligencia, alta creatividad y alta implicación en la tarea.
  • Niños con talento simple: destacan en una sola área o aptitud específica. Los talentos simples son el talento matemático, el verbal, el lógico, el creativo y el social.
  • Niños con talento complejo: se combinan varios talentos. Se incluyen el talento artístico-figurativo o el talento lógico-verbal-memorístico.

Síntomas

Cada niño con altas capacidades posee un perfil único, pero existen rasgos muy frecuentes en la mayoría de ellos, que se van manifestando con la edad:

  • De uno a cuatro años:
    • Desarrollo precoz del lenguaje, antes de los dos años, con vocabulario correspondiente a fases muy posteriores.
    • Interés por aprender: preguntas frecuentes sobre lo que lo rodea.
    • Elevada capacidad de memoria.
    • Inicio precoz y autónomo en otros aprendizajes, como lectura, escritura o matemáticas.
  • De cuatro a seis años:
    • Preferencia por estar con adultos o niños mayores.
    • Disfrute de la lectura.
    • Gran curiosidad y capacidad de observación.
    • Facilidad y rapidez para entender y asimilar conceptos.
  • A partir de los seis años:
    • Comprensión, manejo y conexión de conceptos complejos y abstractos.
    • Tendencia a relacionar ideas de formas no habituales.
    • Placer en plantear y resolver retos y problemas.
    • Talento notable en áreas específicas.
    • Gran capacidad de concentración en las tareas de su interés, aunque muestran problemas de atención en las tareas rutinarias o que no les interesan.
    • Cambios habituales de actividad o de intereses para no aburrirse.
    • Memoria notable a largo plazo.
    • Interés frecuente por temas trascendentes, como el origen de la vida, la muerte, la moralidad, etc.
    • Predominancia del pensamiento lógico y la razón.
    • Construcciones artísticas muy ricas y creativas.

Además de las características intelectuales, los niños con altas capacidades presentan rasgos emocionales y conductuales típicos:

  • Desarrollo asíncrono: las habilidades cognitivas se desarrollan a una mayor velocidad que las habilidades sociales y emocionales.
  • Hipersensibilidad e intensidad en las emociones.
  • Carácter enérgico y activo.
  • Tendencia a cuestionar la autoridad e imponer su criterio.
  • Desobediencia o resistencia a seguir instrucciones ajenas.
  • Perfeccionismo: se exigen mucho a sí mismos y a los demás.
  • Vulnerabilidad ante el fracaso y el rechazo.
  • Frustración por la inactividad y la falta de progreso.
  • Pueden presentar comportamientos obsesivos, ser rígidos e inflexibles.
  • Sentido de la moral, la ética y la justicia muy desarrollado.
  • Sentido del humor agudo y avanzado.

Causas

La capacidad intelectual es innata y hereditaria. No obstante, en el desarrollo de las altas capacidades tiene mucho peso el factor ambiental, es decir, un entorno que permita al niño aprovechar y desarrollar todo su potencial.

Factores predisponentes

Los siguientes factores aumentan las probabilidades del niño de desarrollar altas capacidades:

  • Antecedentes familiares.
  • Identificación y diagnóstico precoz de los rasgos de altas capacidades.
  • Apoyo emocional.
  • Motivación y autoestima del niño.
  • Presencia de estímulos intelectuales, tanto en casa como en el colegio.
  • Acceso a desafíos académicos a su altura.
  • Adaptación curricular y profesorado de apoyo en el colegio.

Complicaciones

A pesar de que pueda parecer lo contrario, las altas capacidades pueden suponer grandes desventajas, sobre todo desde el punto de vista social y emocional. La conciencia de ser diferentes al resto de los niños de su edad puede provocar que se oculten los talentos para encajar en el grupo y evitar celos, envidias o acoso. De hecho, es habitual el rechazo o bullying en la escuela por parte de los compañeros, lo que daña la autoestima del niño y deriva en aislamiento social. Esto puede causar trastornos de ansiedad, depresión o fobia escolar.

Otro de los problemas frecuentes en niños con altas capacidades es el fracaso académico. Esto es debido, por un lado, a la excesiva confianza en sí mismo, que puede hacer que el niño no se esfuerce lo más mínimo a la hora de realizar exámenes y tareas, con lo cual acaba fracasando. Por otro lado, la dispersión de sus intereses y la falta de atención en lo que le aburre hacen que pueda suspender ciertas asignaturas una y otra vez.

Asimismo, su alto nivel de perfeccionismo y exigencia y la presión que sobre ellos puede ejercer la familia o la sociedad, hacen que cualquier fracaso también sea fuente de baja autoestima, ansiedad o depresión, pudiendo incluso desarrollar rasgos obsesivo-compulsivos.

Prevención

Las altas capacidades no se pueden prevenir. Sí se pueden prevenir, sin embargo, las consecuencias negativas antes mencionadas. Para ello, los padres y los educadores deben informarse de las características y las necesidades especiales del niño, tanto a nivel emocional como intelectual, para ofrecer un entorno adecuado que favorezca el desarrollo de sus habilidades al mismo tiempo que permite una maduración psicosocial equilibrada.

¿Qué médico trata las altas capacidades?

Las altas capacidades se evalúan por parte de especialistas en psicología, psiquiatría, pedagogía y psicopedagogía.

Diagnóstico

Diagnosticar altas capacidades es un proceso complejo, principalmente porque sus rasgos pueden presentar similitudes con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con los trastornos del espectro autista (TEA) o incluso con trastornos del aprendizaje (aunque en ocasiones hay comorbilidad). El proceso para diagnosticarlas es el siguiente:

  • Evaluación psicopedagógica: se tienen en cuenta varios criterios, como la inteligencia, el potencial de aprendizaje, la creatividad, la imaginación, las variables socioafectivas, la personalidad y las motivaciones e intereses. Para la evaluación se utilizan pruebas o test psicométricos estandarizados y reconocidos a nivel internacional, entre ellos:
    • Escala de inteligencia Weschler para niños (WISC-V).
    • Escalas McCarthy de aptitudes y psicomotricidad para niños (MSCA).
    • Test de matrices progresivas de Raven.
    • Batería de aptitudes diferenciales y generales (BADyG).
    • Evaluación del potencial de aprendizaje (EPA-2).
    • Prueba de inteligencia creativa (CREA).
    • Batería de socialización (BAS).
    • Sistema de evaluación de niños y adolescentes (SENA).
    • Test de personalidad para niños (CPQ).

Tratamiento

Existen diferentes estrategias para apoyar el desarrollo de los niños con altas capacidades:

  • Adaptación curricular: se trata de programas educativos diferenciados, diseñados especialmente para estimular a los niños con desafíos a su nivel.
    • Adaptación curricular horizontal: se amplia y enriquece el temario del curso para el niño.
    • Adaptación curricular vertical: se le adelantan al menos dos asignaturas del curso superior.
    • Flexibilización de cursos: se pasa al niño a un curso superior al que le correspondería por edad.
  • Tutorías individualizadas: se le proporciona atención y apoyo académico personalizados.
  • Actividades extracurriculares: puede desarrollar los conocimientos y las habilidades de su interés.
  • Terapia psicológica: si el niño tiene problemas emocionales, de autoestima o de conducta debido a las altas capacidades, puede ser muy beneficioso acudir regularmente a terapia, donde puede aprender a entender y manejar sus emociones y sus capacidades.
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